... estábamos sentados en el Kiosko de Santa Eulalia, en Ibiza, con el pintor José Antonio Sistiaga y varias personas más.
La noche anterior habíamos estado en la proyección de la película "
ere erera baleibu izik subua aruaren..." de Sistiaga, en la galería Owl & Pussycat de Sta. Eulalia. Posiblemente sea ésta una de las películas más proyectadas, premiadas y alabadas del cine experimental español.
Recuerdo que yo le observé a Sistiaga la violencia de alguno de los momentos de la película.
Sistiaga me dijo: "mira como mueve el viento esas hojas ..." (Estábamos , como dije, sentados bajo los árboles de S'Alamera y efectivamente, la brisa movía las hojas pequeñas a contraluz del sol, como un nervio...)
- La violencia está en la naturaleza ..., implícita..." , dijo. Como queriendo decir: "está en la naturaleza; está en la película".
La película, pintada directamente sobre el celuloide de 35 mm. resultaba un continuum natural muy plástico , en algunos momentos muy lírico y en otros muy apabullante. En la sala oscura se producían "chispazos" de luz conseguidos con la pintura sobre el celuloide.
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En otoño estaba en San Juan de Luz. Por la mañana, con el sol temprano, tomo un "cortado" en un café del puerto y llamo por teléfono a Sistiaga. Vive en un caserón en el pueblo. Hace fresco. Atravieso un bosquecillo y llego a la puerta de la casa.
En el interior, un abrazo, unas presentaciones y una charla. Tomamos un desayuno a base de tostadas con mantequilla y miel al calor del hogar.
Todas nuestras imágenes y nuestras palabras parecen quedar atrapados en esos gotarrones de miel que extendemos sobre el pan. Como quedan esos insectos atrapados en ámbar que hemos visto cien veces en las fotos del National Geographic. O como esos ciudadanos de Pompeya atrapados en la lava...
... eso es memoria, devenir ...
Hablamos de Oteiza. Me interesa mucho Oteiza en sus múltiples dimensiones. Me interesa mucho Chillida, también, como escultor y poeta. Le conocí en una exposición en Barcelona a primeros 70.
Es seductor el escultor, el poeta y la persona.
Como vamos a ir a Aránzazu, Sistiaga me da el teléfono de Oteiza en Orio.
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Cuando llegamos a Aránzazu, ya oscurecido, llovizna y llamamos a la puerta del Hostal.
Salen a abrir y me dicen que está cerrado. Intercambiamos unas palabras y nos conducen a una habitación. En el hostal paraba Oteiza mientras realizó su trabajo para la basílica.
Los suelos de madera crujen al bajar a la cocina.
Hace realmente frio, y la sopa y el cocido nos entona. Con el vino, se puede decir que definitivamente nos calienta.
Flotando en el vapor de la sopa queda atrapada la velada..., como en ámbar atrapada ...
La familia recuerda a Oteiza. Bromeamos sobre vascos y catalanes. Me explican su vida cotidiana. Describen bién la represión , coacción y miedo ejercidos por la policia del franquismo. Y comprendo la existencia de ETA en ese devenir. Explican en clave cotidiana, confidencial...no hay mentira en esas palabras.
Son personas cordiales y duras.
Por la mañana hablo con Oteiza por teléfono y quedamos en encontarnos en su casa en Alzuza.
Nos despedimos de la familia, agradeciendo su hospitalidad y seguimos viaje.
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En Alzuza, desde el convento, al atardecer, después de un dia de calor, se ve una atmósfera densa, dorada, como ámbar ...
Pienso en Oteiza, su "dureza" y talento; en su laboratorio de tizas ...
Atrapados en la atmósfera mistica, dorada... como esos insectos atrapados en ámbar de las fotos del National Geographic.
Recuerdo ... y me gustaría saber como toma forma un recuerdo ...
Poco a poco se articulan sensaciones, pensamientos, las manos obedecen a no se sabe que gestos, los ojos ven sin mirar... y de pronto ahi está!, el recuerdo aparece ... , toma forma y cuerpo ..., está delante de ti, y está en ti: vívido ... , y ahí queda..., o se afirma.
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