18 / 09 / 2007 // Diarios de trabajo albert girós

 

albert.giros@giros.nom.es

 

 

 

 

 

 

 

Los ajos, con sus hojas , me ayudan a dibujar ... con su memoria del aire...

con el lápiz escribo, lo que pasa por mi cabeza, o mejor dicho lo que pasa y no sé que está pasando.

así que el lapiz va trazando signos, grafismos, libremente, a su aire..., yo no borro nada de lo que surge,

y esos grafismos se van agrupando y van tomando forma de algo, es algo inconsciente, mágico...

Cuando me doy cuenta aparece una estructura, una forma, un rostro frente a mi, en el papel ...

Ya de manera consciente , mi cerebro ordena al lapiz dar un par de trazos que reafirman la imagen ...

Bueno, es asi de simple. Algo mágico...

 

Pienso que el cuerpo es realmente un conjunto de tejidos, nervios, músculos, fibras que se van entretejiendo, creando una estructura de relación que redundan en una forma siguiendo un patrón de memoria implícito en la materia.

Con el dibujo ha pasado algo parecido. La maraña de grafismos ha dado lugar a la forma. Ha hecho nacer estas formas...

Pero ahora me pregunto: ¿quienes son ? ... el retrato de quienes ? ... Ahora no importa. Mañana quizás si...

Me parecen bastante "espirituales" ... (he decidido llamrles Charis...)

Pero me interesa mucho esta analogía entre la materia, el cuerpo, y la maraña de grafismos (palabras incluidas), que dan lugar a la forma.


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Mi perra Pimpa está cerca de mi, echada en el suelo ..., o estaba... Cuando miro, ya no está ...

 

 

 

En el caso de la perra está claro: estaba a mi lado ...Pero en el caso de las caras? ...sigue intrigándome...

La memoria, la memoria ...

encuadro cabeza y tronco por separado para apreciar la analogía de las fibras y los tejidos y la analogía con los ajos !! ...

El dibujo, ya lo sabemos por los clásicos, sobre todo por Leonardo y Durero, se basa en el conocimiento de la anatomía.

Pero yo creo que se basa también en otras formas de conocimiento de la energía de la naturaleza.

 

 

Escribí hace ya tiempo sobre el dibujo a lapiz. Se encuentra publicado AQUI.

Lo que se puede ver en la red AQUI

Y lo podemos leer también AQUI

 

 

 

 

 

 

 

 

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Arte contemporáneo: la puesta en escena de las ideas; la puesta en escena de lo nuevo.
La cadena de lo nuevo lo es en cuanto a la percepción. La realidad del mundo es en realidad lo que percibimos de él, pero también algo más que pre-percibimos con el artista.
Cada acto aun el que está basado en la repetición, añade algo nuevo en la realidad y un trazo más, tanto en la presentación como en la representación de la misma. Un trazo más en la FORMA de la realidad. Un trazo más o menos cercano a las líneas maestras de la realidad. El tanteo, la búsqueda, el trazado de esas líneas maestras es un objeto tradicional del arte.
El arte, a través de su poética, establece mapas de la realidad espiritual, la dibuja mediante la expresión de lo conocido. Lo nuevo en cada acto produce una decantación que lentamente nos acerca a una definida forma nueva de realidad. En este contexto : qué es lo que diferencia realidad y percepción. En esta diferencia el QUÉ es la clave.
La poética y en general el arte hacen aparecer en nuestro mundo de realidades, aspectos ocultos hasta entonces (lo nuevo) , lados, lugares, no por insospechados, menos sentidos - apelan o inciden en arquetipos colectivos de las emociones - .
Los espacios misteriosos de los hechos, desde los más banales hasta los más elevados.
Y cada poema, cada obra de arte revela un nuevo espacio, desvela otro misterio ( y al desvelarlo, presenta otro nuevo ) o simplemente lo presenta. Da nueva forma a lo real y haciéndolo, cuando hace que un nuevo hecho aparezca, presenta un nuevo misterio.
Asi la cadena de hechos y tiempos. Asi la cadena de percepciones y respuestas, la cadena de lenguaje que se persigue y se genera a si mismo y se agota en si mismo.
Lo nuevo no es más que el simple gesto de la rutina o el acto independiente o un sinsentido cualquiera.
Cualquier palabra o letra o discurso que aún en la repetición aporta LO NUEVO.

Cuando hablamos de Arte lo hacemos en realidad de LINEAS MAESTRAS que configuran obra y vida.
La FORMA como concepto total , análogo al de ESTRUCTURA, abarca y engloba, también definiciones y formulas .

Si la realidad es generativa, el lenguaje también lo es. Una secuencia de movimiento está compuesta de un gran número de imágenes paradas. Aparentemente paradas…, pues en su condición de hecho o fenómeno poseen otra forma de movimiento, otra secuencia dentro de la anterior, a su vez dentro de otra y esta dentro de la anterior … : REALIDAD FRACTAL .
Donde está el patrón … : el misterio que el arte presenta y encarna es el propio misterio y origen de la vida.

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Con la tinta no se borra. Si uno tiene la valentía o la honradez de trazar con tinta: no ha lugar a rectificar borrando. Solo puedes hacer un "tachadura" o mancha procurando que esta tenga una entidad plástica suficiente…
Cuando trabajo con tinta procuro "evitar" la mancha. La línea nueva rectifica la anterior y para ello se afirma con mayor rotundidad.
La inspiración y el conocimiento han de presidir el trabajo a tinta.
Cuando hay varias líneas que se van rectificando sucesivamente, cada una con más fuerza que la anterior, dan lugar a una mancha que deviene forma y configura el efecto deseado. En ella es a veces posible identificar la línea maestra.
A menudo las líneas se suceden con más o menos fuerza según guía la intuición sabiendo que el objetivo final es obtener la mancha que contendrá la línea maestra (que tendrá más o menos fuerza en su trazado).
Sobre la mancha se intenta descubrir la línea maestra para afirmarla con fuerza, segura, trazando de nuevo.
Generalmente la mancha obtenida, no solo configura la forma adecuada al conjunto, sino que independiente de ella, tiene vida propia y plena; tiene una entidad plástica íntegra que permitiría independizarla del conjunto y disfrutarla como experiencia plástica en si misma.
Puede que muchas obras que se llaman abstractas sean eso mismo: partes de un todo que son fruto de una lucha intensa por obtener las líneas maestras adecuadas a formar esa parte con un objetivo final que está más allá de lo que representa. De ahí que el espectador, a veces no pueda ver lo que el artista quiere representar : el todo.
Pero es cierto que la "experiencia" de la parte se justifica en si misma y también es cierto que el todo está de alguna manera contenido en la parte, porque, para el artista, el motor de la parte es la inspiración y el sentimiento del todo.

Dibujando con lápiz el proceso es a veces el mismo. Pero el medio es más sutil: a veces es más fácil descubrir la línea maestra en la mancha. A veces es imposible: tan sutil es la forma a que da lugar el lápiz. La presión sobre el papel es a veces decisiva para identificar la línea maestra. Con lápiz comúnmente se borra con la goma de borrar o con el dedo, dando lugar a una mancha, borradura o tachadura que desempeñan la misma función que la mancha del dibujo a tinta. La tachadura del dibujo a lápiz es más sutil y compleja que la mancha de tinta. En ella se contiene y se identifica la línea maestra de la forma. Pero además y aún más cuanto más te aproximas a verla: en ella no solo aparece la lucha de intentos hasta obtener la línea maestra, sino además toda una cosmogonía sutil de "indicios", una maraña de "rastros" de los elementos naturales sin control que acompañan el acto del dibujante. Todo ello es indisociable de ese acto y representa algo inmanente: pequeñas y sutiles funciones de la naturaleza acompañan los grandes gestos del artista. Su condición de maestro auténtico consistirá en dejar constancia de todos esos factores, también con maestría plástica o estética.
Como es sabido el dibujante a lápiz trabaja en realidad con lápiz y borradores (goma, para eliminar o para dar brillos, dedo, trapo, papel, …).
Por eso: así como la tinta y el pincel constituyen dos de los "cinco estudios" de la pintura con tinta en Oriente, el lápiz y el borrador constituyen uno de los "estudios" de la pintura Occidental.
En este "la música" de la obra es obtenida por sutiles armonías de lineas , blancos, negros y grises; llenos, vacíos, intenciones, aciertos y errrores; grados de fuerza y firmeza,…
Todo ello en una "arquitectura" que ha de dar lugar a un todo, en el cual se podrán rastrear las huellas de las partes, los momentos del tiempo.

En la pintura oriental de tinta, toda esa compleja estructura está contenida pero de forma distinta: el artista ha de desarrollar un trabajo previo de aprendizaje para alcanzar un estado de concentración tal que le permita trazar las líneas maestras directamente, sin lugar a la corrección o el intento.
El vacío del arte oriental contiene la misma energía que el "lleno" del arte occidental.
En uno el destino es el silencio, en el otro la polifonia o el griterio. Y entre los dos: la armonía, la música.